Lic. Albareda En un ambiente oficinesco, gris, con tabiques que cuadriculan el espacio físico, y en algunos casos también el mental, con personas de apariencia uniforme, un día irrumpe una “chica” con su largo cabello teñido de color… ¡fucsia! Y lo peor: ocupa un escritorio. Se apropia de un espacio de conocimiento y operatividad. De gente que realmente trabaja, no de artistas trasnochadas. Como habitualmente ocurre, aparecieron las frases reveladoras del impacto que generó el color en las PERSONAS y sus PERCEPCIONES. - “Shhh… ¿Viste a la del pelo fucsia? Mmhh…” - “Es rarita” - “Ya está entrando cualquiera a la Empresa” - “Andá a saber de quién es pariente”…. Y yo pienso: ¡Sí, qué suerte tuvimos! Ingresó alguien que con su llamarada capilar descubre las más profundas limitaciones de nuestro colectivo social (con honrosas excepciones). LA PERCEPCIÓN Debemos reconocer que las percepciones y juicios sobre los demás están significativam